Cada año, 1.4 millones de mujeres con VIH positive se embarazan. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), Cuba se ha convertido en el primer país en el mundo en el que madres con VIH-positivo ya no transmiten la enfermedad a sus hijos.
Sin un tratamiento, las mujeres embarazadas tienen de un 15 a 45% de probabilidades de pasar el virus a sus hijos, generalmente durante el embarazo (cuando la enfermedad atraviesa la placenta), en el nacimiento o en la lactancia.
El anuncio es resultado de cinco años de esfuerzos concentrados en Cuba, país conocido por su excelente sistema de salud universal, entre otras cosas. A través de una alianza entre el gobierno y la OMS, el país ha proporcionado a las madres acceso a cuidado prenatal y pruebas de VIH tanto para ellas como para sus parejas.
En caso de resultar positivo de VIH, el sistema de salud cubano le asegura acceso a la madres a un tratamiento antiretroviral, el cuál son solo mantiene sana a la mujer sino también reduce las posibilidades de que el virus llegue al bebé por medio de la placenta.
Además se alentó a las madres a tener un parto por cesárea y les dieron alternativas a la lactancia como un esfuerzo para prevenir la transmisión de la enfermedad. La iniciativa también ha eliminado el contagio de sífilis de madre a hijo.
De acuerdo con la directora general de la OMS, Margaret Chan, detener la transmisión de VIH es uno de los mayores logros posibles en la salud publica. Esto debido a que reducir la infección de la enfermedad en bebés significa que habrá menos adultos que se transmitan la enfermedad en el futuro, dando un paso importante en la erradicación del problema. Ahora la OMS espera que otros países sigan los pasos de Cuba.
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